Patrimonio Natural
En el Perú existen 5´830 mil hectáreas de patrimonio natural, comprendidas en 3 santuarios históricos, 6 santuarios nacionales, 7 parques y 8 reservas. Igualmente, se han establecido 2 cotas de caza y varios bosques de protección.
Los bienes que estas áreas resguardan -naturales y culturales- son tan Importantes como los recursos que sostienen nuestra economía; tan importantes como nuestro pasado común y como las lenguas que hablamos. Sin embargo, la consideración que les damos no refleja su verdadero valor, quizá porque damos por sentado que la naturaleza estará siempre allí y que el agua, el aire limpio, los alimentos y las medicinas son bienes que nunca nos van a faltar.
Los recursos naturales renovables, en particular los recursos vivos, como los animales y las plantas, solo son renovables si son bien manejados. De lo que se trata entonces es de aprender a gerenciar adecuadamente la naturaleza para seguir gozando de sus beneficios. Una pieza fundamental de esa gestión la constituyen las Áreas Naturales Protegidas. La importancia de su conservación está recogida en la Constitución de la República, las leyes nacionales y en diversos convenios internacionales, especialmente en la Convención sobre la Diversidad Biológica. Y es que dichas áreas, si se administran correctamente, representan una fuente inagotable de bienes y servicios ambientales para toda la sociedad. Es más, miles de peruanos viven diariamente del uso directo o indirecto que hacen de ellas y de los recursos que estas contienen. Las ANP son un elemento fundamental del desarrollo sostenible -tan ansiado para nuestro país-, el cual no es posible de alcanzar si no cuidamos cada uno de los elementos, que Intervienen en su proceso; todos están interrelacionados y son indesligables.
Por otra parte, las Áreas Naturales Protegidas son parte fundamental de la herencia natural que dejaremos a las futuras generaciones, un verdadero tesoro de diversidad genética, cuyo valor recién estamos empezando a vislumbrar y que tiene un potencial económico aún más difícil de cuantificar, pero sin duda muy alto. Medicinas, agua, oxígeno, saberes milenarios de culturas ancestrales, industria, producción, turismo, etc. En la naturaleza se encuentra nuestra verdadera riqueza y la garantía de un futuro promisorio para nuestros hijos. A pesar de todo ello, el Estado peruano les presta una mínima atención -más cercana a la indiferencia-, lo que impide garantizar el logro del objetivo de mantener sus valores en perpetuidad, privando a la sociedad peruana de hoy (y del futuro) de los enormes beneficios económicos, culturales y sociales que estas áreas proporcionan cuando son bien manejadas. Calidad y cantidad de vida, en suma.
El Perú ha dedicado formalmente más del 14,86% de su territorio (19,09 millones de hectáreas) a ser manejado de manera especial como parte del Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SINANPE). El compromiso con la conservación de la diversidad biológica y de las Áreas Naturales Protegidas debe crecer y el Estado peruano debe realizar los esfuerzos correspondientes para cumplir con la tarea, difícil pero necesaria, de dejar para las futuras generaciones una muestra bien conservada de su patrimonio natural y, al mismo tiempo, permitir a los peruanos de hoy obtener el máximo beneficio de la existencia de nuestros parques nacionales y demás Áreas Naturales Protegidas.
El Perú ha dedicado formalmente más del 14,86% de su territorio (19,09 millones de hectáreas) a ser manejado de manera especial como parte del Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SINANPE). El compromiso con la conservación de la diversidad biológica y de las Áreas Naturales Protegidas debe crecer y el Estado peruano debe realizar los esfuerzos correspondientes para cumplir con la tarea, difícil pero necesaria, de dejar para las futuras generaciones una muestra bien conservada de su patrimonio natural y, al mismo tiempo, permitir a los peruanos de hoy obtener el máximo beneficio de la existencia de nuestros parques nacionales y demás Áreas Naturales Protegidas.
El éxito de la tarea podrá medirse al final del próximo periodo de gobierno mediante varios indicadores: un SINANPE que represente cabalmente la diversidad del país, complementado por sistemas regionales, municipales y por áreas de conservación privadas; un SINANPE adecuadamente gerenciado por una institución con condiciones técnicas y económicas acordes a la importancia del tema y de sus necesidades; un SINANPE manejado en forma participativa con la sociedad civil y el sector privado, que aplique buena gobernanza y que genere beneficios para toda la sociedad, principalmente a quienes viven cerca de ellas -muchas veces los menos favorecidos-, contribuyendo asía superar la inequidad y la pobreza. Una misión en pro de nosotros mismos, de la gente, de nuestra gente. Los ganadores seremos todos.